IRTA, píldoras de conocimiento. Seguimiento nutricional y dinámica foliar del cultivo del almendro

Seguimiento nutricional y dinámica foliar del cultivo del almendro

La fertilización en el cultivo del almendro tiene que ser razonada y debe aportar los elementos nutricionales en los momentos más óptimos para el cultivo. Es imprescindible cubrir la floración, el cuaje de los frutos, el periodo de crecimiento vegetativo, la diferenciación floral y la creación de reservas para la siguiente campaña (Rufat, 2007).

Para poder realizar un seguimiento nutricional eficiente y consecuentemente ejecutar una correcta fertilización en el cultivo se requiere de un método para caracterizar el estado nutricional de las plantas, el cual tiene que ser fiable, rápido y económico. El método tradicional para determinar el estado nutricional de la planta es el análisis foliar realizado en los laboratorios agroambientales. El inconveniente que presenta es que se trata de una metodología destructiva y no inmediata, por el contrario, es fiable y los valores están contrastados (Daza et al., 2017).

No obstante, el seguimiento nutricional completo se basa en el estudio, seguimiento y control del sistema suelo-planta-agua. Este concepto está formado por la interacción entre los fertilizantes aportados al suelo, los aportes hídricos y las propiedades de cada suelo que pueden intervenir en las absorciones de determinados nutrientes, control del pH, salinidad y fracción de lavado, a más de evitar deficiencias y toxicidades que tendrían impacto en la cantidad y calidad del producto final.

El punto inicial de la fertilización es conocer las condiciones iniciales al principio de la campaña. Esta información puede ser proporcionada por el propio agricultor (aportaciones realizadas el año anterior) y con los resultados de las analíticas de suelo y hoja realizadas en la anterior campaña. Ambos parámetros son necesarios para conocer el estado actual y que requerimientos presenta el cultivo. Además, esta información se tiene que completar con los resultados de una analítica de agua de riego, ya que facilitará información sobre las posibles aportaciones de nitratos, magnesio o carbonatos sobre todo en los casos de aguas procedentes de pozos.

 

 

El estudio de la dinámica foliar consiste en el análisis de los diferentes elementos minerales presentes en las hojas en las condiciones de cultivo. Un aspecto muy importante de esta técnica es la realización correcta de la toma de muestra. Se deben seleccionar las hojas sanas y totalmente desarrolladas de plantas repartidas uniformemente por la parcela y representativas del estado general de esta. Con esta metodología se establecen los rangos de normalidad de cada elemento y se identifican los cambios estacionales o de edad que puedan afectar al diagnóstico foliar.

Los síntomas visuales de deficiencia de nutrientes (Figura 1) son utilizados como una herramienta de diagnóstico (Scaife y Turner, 1983). Un inconveniente de este tipo de observaciones es que cuando aparecen los síntomas, el daño al cultivo ya se ha realizado, la deficiencia podría ser muy grande y su corrección demasiado tardía para evitar una disminución en los rendimientos.

Figura 1. Hoja con diferentes niveles de clorosis férrica (de derecha a izquierda, de menos a más clorosis).

El análisis de los tejidos vegetales muestra el estado nutricional de las plantas en el momento del muestreo, confirmando en caso de evidencias visuales las deficiencias. Los niveles tóxicos también pueden detectarse. Los análisis de los tejidos vegetales (Tabla 1) permiten corregir los problemas nutricionales presentes.

Tabla 1. Valores nutricionales estándares en hojas de almendro. Valores medios, dependiendo de la bibliografía.

 

En conclusión, la realización de análisis foliares de forma periódica permitirá al agricultor conocer en cada momento, cual es el estado en el que se encuentra el cultivo. Pudiendo corregir el aporte realizado, aumentando o disminuyendo en función de las necesidades que presente el cultivo en cada fase de desarrollo, mejorando de esta forma los aportes en el momento óptimo, evitando excesos y consecuentemente reduciendo los costes de abonado.

 

para saber MÁS

Agrilab. 2013. Aspectes pràctics de reg i fertilització en noves plantaciones d’ametller. Conferència técnica. Jornada Ametller. Mas Bover, abril 2013.

Assaf, R.; Bennett, C.; Watters, P.; Kennedy, B.; Clark Taylor famílies & staff; Almond Industry Advisor Committee. 2011. Sustainable optimisation of Australian almond production. Australian Almonds.

Daza, C.; González, V. I.; Prieto, M. H. 2017. Métodos de determinación del estado nutricional nitrogenado en cultivos hortícoles. Vida Rural, 429: 32-37.

Rufat, J. 2007. Fertilización del almendro. Dossier tècnic, 22: 23-24.

Scaife, A.; Turner, M. 1983. “Diagnosis of mineral disorders in plants”. Vol. 2. Vegetables. Ed.: J. B. D. Robinson. Ministry of Agriculture, Fisheries and Food, Londres.

Villar, P.; Villar, J.M. 2016. Guia de la fertilitat dels sòls i la nutrició vegetal en producció integrada. p.58.

Warren, C. 1996. Almond production manual. p.184.

 

 

M. Maldonado y X. Miarnau

IRTA-Programa de Fruticultura.

Parc de Gardeny – Edifici Fruitcentre. 25003 Lleida