IRTA, píldoras de conocimiento. ¿Cómo se regulan las variedades de almendro?

Las variedades de almendro españolas pueden producir las flores en ramilletes de mayo, brindillas y ramos mixtos, pero la mayor cantidad de yemas de flor se producen en los ramilletes. Cada variedad presenta un porcentaje diferente de yemas de flor y frutos cuajados en cada uno de estos órganos productivos determinado genéticamente, lo que implica un potencial productivo diferente para cada una de ellas.

No obstante, el manejo agronómico, sobretodo el riego, la nutrición y la poda, determinaran el crecimiento de dichos órganos productivos, su vitalidad y la vida útil. Uno de los objetivos del agricultor es la creación de nuevos órganos vegetativos y productivos y la renovación de los existentes. Este objetivo se deberá trabajar con una gestión óptima de cada una de las diferentes variedades que configuren la explotación.

El almendro como otros cultivos se autorregula, para poder alcanzar un equilibrio entre producción y crecimiento vegetativo. Este efecto regulador se inicia en el proceso de inducción, durante la diferenciación floral o bien en las caídas fisiológicas de botones florales, flores y frutos y depende también del genotipo y del fenotipo.

Por todo ello, el cultivo se debe trabajar como un cultivo bianual, es decir, durante el primer año de este ciclo, se dará la inducción (proceso fisiológico que se da durante primavera/verano y que condiciona la transformación de las yemas vegetativas en yemas florales). Posteriormente, se dará la diferenciación floral, se trata de un proceso de cambios morfológicos, donde se determinará la calidad de las flores. Este proceso se produce a finales de verano y se puede alargar durante el otoño, en función de la variedad y condiciones climáticas de la zona. Ambos procesos (inducción y diferenciación floral) son muy susceptibles a las necesidades hídricas y nutritivas, y es por ello que entonces el cultivo no debe sufrir ningún estrés para no verse repercutida la producción del siguiente año.

Durante el segundo año, se da la floración, cuajado y crecimiento del fruto. En estos meses también se puede interferir, ya sea incorporando polinizadores para mejorar el transporte del polen o bien mejorando la fecundación del ovulo, mediante productos bioestimulantes que intervengan en el cuajado del fruto y satisfaciendo las extracciones nutritivas para la formación, llenado del grano y crecimiento vegetativo del cultivo.

Por tanto, todos estos procesos, aunque dependan de cada variedad, también están condicionados por la climatología de la zona y el manejo agronómico realizado.

Normalmente, las caídas fisiológicas (del almendro) ocurren en tres etapas diferentes (Figura 1). La primera ocurre durante los días previos y durante la floración debido a botones florales y flores defectuosas. La segunda ocurre un mes después de la floración, de flores no fecundadas y frutos pequeños. Y, por último, la tercera caída se da entre 6 y 7 semanas después de la floración, provocando una gran caída de frutos, debido a la competencia entre ellos.

Las caídas fisiológicas son producto de diferentes factores, como pueden ser procesos de mala diferenciación, mala fecundación, mal cuajado y caída de frutos por competencia.

Figura 1. Patrón de caída de flores y frutos (datos medios de diferentes variedades tardías en 2016) (Miarnau et al., 2017)

 

PARA SABER MÁS

Polito, V.S., Micke, W.C. and Kester, D.E. (1996). Bud development, pollination and fertilization. In Almond Productions Manual, W.C. Micke ed. University of California, p. 98-102.

Miarnau, X., Torguet, L., Zazurca, L., Batlle, I y Rovira, M. (2018). ¿Es posible producir 4.000 kg de grano/Ha? Como mejorar los componentes del rendimiento. X jornada del Almendro del IRTA.

 

Autores de ¿CÓMO SE REGULAN LAS VARIEDADES DE ALMENDRO?

M. Maldonado, L. Zazurca, G. Martínez, L. Torguet y X. Miarnau (IRTA-Estació Experimental de Lleida. Parc de Gardeny – Edifici Fruitcentre. 25003 Lleida.)