IRTA, píldoras de conocimiento. La intensificación del cultivo del almendro

Nuevos modelos productivos para la intensificación del cultivo del almendro

Actualmente, las nuevas plantaciones de almendro ya se encuentran en suelos fértiles, con riego y con variedades autofértiles y de floración tardía. Además, con la elección de un portainjerto apto para las condiciones de cada suelo y una gestión agronómica óptima, se están obteniendo producciones que superan los 1.500-2.000 kg grano/ha. Con estas buenas perspectivas productivas, y con unas buenas expectativas comerciales de la almendra, el sector ha empezado a intensificar el cultivo, con la ayuda de nuevos modelos productivos.

Los objetivos de los nuevos modelos productivos son incrementar la precocidad productiva, reducir los costes de mano de obra, incrementar el potencial productivo de las nuevas variedades y mejorar la gestión de la recolección a partir de sistemas que trabajen en continuo.

El modelo productivo más antiguo, más experimentado y con más implantación en toda España, es el modelo tradicional (Tabla 1 y Figura 1); un modelo válido tanto para condiciones de secano como para regadío. En cambio, las plantaciones intensivas y de alta densidad más antiguas no superan los diez años, lo que aun provoca cierta incertidumbre en la vida útil de los modelos más intensivos. Aun así, el crecimiento en superficie de dichos modelos es imparable, ya que la precocidad, la mecanización y la recolección en continuo son el futuro del cultivo.

 

Tabla 1. Características de los diferentes modelos productivos.

 

Figura 1. Modelo tradicional del cultivo del almendro. Finca Experimental del IRTA de les Borges Blanques.

Figura 1. Modelo tradicional del cultivo del almendro. Finca Experimental del IRTA de les Borges Blanques.

 

Entre los modelos actuales, el que se está implantado más rápidamente en España está siendo el modelo intensivo (Figura 2). Se trata de un modelo basado en la misma estructura del modelo tradicional, donde la principal diferencia radica en el número de árboles por hectárea (>300 árboles). El objetivo de este modelo productivo es reducir el periodo improductivo de la plantación, mediante el incremento del número de árboles por hectárea para conseguir un volumen productivo mayor, llegando al óptimo unos años antes. Es necesario tener en cuenta que el paraguas invertido utilizado en el modelo tradicional ya no es útil en este modelo debido a que los marcos de plantación son mucho más estrechos. Por ello, es necesario pensar en nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia de la recolección tales como: vibrar las almendras al suelo para recogerlas posteriormente, utilizar el sistema de fardos o maquinaria muy similar a la de california, o bien utilizar el sistema de recolección en continuo, como podrían ser los planos inclinados o una máquina cabalgante de gran tamaño, que permita recolectar árboles de volúmenes de copa intermedios. De todos ellos, el modelo de futuro será aquel en que la mano de obra a utilizar sea menor, por ello, aunque ahora el sistema de fardos sea una solución útil en estos momentos y compatible con las fincas de olivos, puede que sea el menos factible en un futuro no muy lejano.

Figura 2. Modelo intensivo del cultivo del almendro. Finca de Crisolar Nuts, en Navalmoral de la Mata.

Figura 2. Modelo intensivo del cultivo del almendro. Finca de Crisolar Nuts, en Navalmoral de la Mata.

 

Los modelos de alta densidad (Figura 3), actualmente muy de moda en el sector, se basan en intensificar al máximo el cultivo, estrechando aún más los marcos de plantación y modificando el sistema de formación (de vaso clásico a sistemas en eje o muro frutal). El objetivo de este modelo productivo es la rápida entrada productiva, la posibilidad de mecanizar todas las labores del cultivo, reduciendo la mano de obra, y una recolección en continuo con máquinas cabalgantes. Todo ello se diseña para conseguir una mayor rapidez en la amortización del capital inicial invertido. El sistema de recolección en este modelo se basa en máquinas cabalgantes, como las ya utilizadas en plantaciones de alta densidad en otros cultivos, como el olivo (Figura 4). Aun así, este modelo es el que presenta más incógnitas, tanto agronómicas como de vida útil. Uno de los principales defectos de este modelo es el hecho de haber adaptado el volumen de copa del árbol a la maquinaria y no al revés. Esto ha provocado que se haya limitado el volumen productivo del árbol y que se puedan provocar daños en las ramas en el momento de la recolección. Otros aspectos, tales como la elección de la variedad y del portainjerto, son también determinantes en el éxito de este tipo de plantaciones. Así pues, las variedades a elegir deben presentar una elevada capacidad de ramificación y con hábitos de fructificación principalmente en ramilletes de mayo o brindillas. En cuanto al portainjerto, debería ser de vigor moderado a bajo.

Figura 3. Modelo superintensivo del cultivo del almendro. Finca de Crisolar Nuts, en Navalmoral de la Mata.

Figura 3. Modelo superintensivo del cultivo del almendro. Finca de Crisolar Nuts, en Navalmoral de la Mata.

 

Figura 4. Equipos de recolección en plantaciones en superintensivo. Máquina Grégoire en la recolección de un ensayo varietal en la zona de Lleida (imagen izquierda) y OXBO, maquinaria utilizada en una finca californiana (imagen derecha).

Figura 4. Equipos de recolección en plantaciones en superintensivo. Máquina Grégoire en la recolección de un ensayo varietal en la zona de Lleida (imagen izquierda) y OXBO, maquinaria utilizada en una finca californiana (imagen derecha).

 

Así pues, los nuevos modelos mucho más intensivos, seguramente serán los que tendrán más protagonismo en los próximos años. No obstante, el éxito de estos no solo radica en su mecanización total sino también en la elección del material vegetal más idóneo (variedades y portainjertos), de las características edafoclimáticas de la finca y de su manejo. Por tanto, un buen diseño y un óptimo manejo serán claves en el éxito futuro de estas nuevas plantaciones. Los tres modelos antes propuestos son viables y económicamente rentables tanto actualmente como en un futuro próximo. No obstante, uno de ellos será el que tendrá una mayor productividad, otro presentará la mayor precocidad y otro una mecanización total. Por todo ello, cada agricultor tendrá que elegir su modelo productivo, que dependerá del capital disponible para invertir, de las dimensiones y orografía de la finca, de la disponibilidad de agua de riego y de la maquinaria de recolección disponible. Todas estas decisiones, junto con el manejo que cada agricultor realice de su explotación marcarán su viabilidad y rentabilidad.

 

PARA SABER MÁS

Agromillora. (2018). El cultivo del almendro. El sistema SES. Revista Olint, 33:6-11.

Maldonado, M,; Torguet, L,; Girabet, R,; Zazurca, L,; Martínez, G y Miarnau, X. (2019). Nuevos modelos productivos para la intensificación del almendro. Revista Vida Rural, 22: 50-55.

Maldonado, M.; Torguet, L.; Zazurca, L.; Girabet, R.; Batlle, I.; Rovira, M. i Miarnau, X. (2018). La alta densidad en almendro, una realidad. XXIII Jornada Fructícola de l’IRTA. Mollerusa, 17 i 18 d’octubre de 2018.

Miarnau, X. (2015). La revolución del almendro: nuevas variedades y modelos productivos. Simposio Nacional de Almendro y otros frutos secos. Lleida, 24 de septiembre de 2015.

 

Autores:

  1. Maldonado, L. Torguet, R. Girabet y X. Miarnau1

1 IRTA-Estació Experimental de Lleida. Parc de Gardeny – Edifici Fruitcentre. 25003 Lleida.