IRTA, píldoras de conocimiento. Antracnosis

Antracnosis, una enfermedad con un gran impacto económico en el cultivo del almendro

La antracnosis es una nueva enfermedad que amenaza el cultivo del almendro en determinadas zonas de España y Portugal. Está causada por el hongo Colletotrichum acutatum. Los primeros síntomas en Europa aparecieron en 1986 y actualmente ya se observan algunas plantaciones en el litoral alentejano de Portugal, con daños superiores al 70% de la producción, llegando a provocar la muerte de algunos árboles debido al secado completo de las ramas principales. Estos efectos, ponen de manifiesto la gravedad de la enfermedad y la importancia de la detección precoz para evitar un elevado impacto económico negativo de la explotación.

Sintomatología

La antracnosis puede afectar a todos los órganos de la parte aérea del árbol: flores, frutos, hojas, brotes y ramas, pero los principales síntomas que produce son el secado de flores y frutos. Así pues, los síntomas más característicos de cada uno de los órganos son los siguientes:

  • Flores: marchitamiento de los pétalos, secado parecido a moniliosis (Figura 1).
  • Hojas: necrosis marginal con zonas acuosas, que pierden el color verde y mueren. Estas también quedan adheridas a los brotes sin desprenderse al suelo (Figura 2).
  • Frutos: en frutos recién cuajados, aparecen manchas redondas que se hunden hacia el interior del mesocarpio, con coloración anaranjada y posterior formación de goma. A medida que el fruto se agranda, la infección evoluciona y la coloración se transforma en naranja oscuro. En caso de que la infección llegue al grano, se observa su pudrición. Los frutos llegan a secarse completamente y forman momificaciones adheridas a las ramas (Figura 3).
  • Brotes y ramas: el hongo produce una toxina que produce el secado total de ellas (Figura 3).

Figura 1. Flores totalmente momificadas por efecto de la enfermedad

Figura 2. Hojas afectadas por la enfermedad, ápice totalmente necrosado.

Figura 3. Frutos jóvenes con manchas que se hunden de color anaranjadas

Figura 3. Frutos momificados con ramas secas debidos a antracnosis.

Ciclo biológico de la enfermedad

Conocer el ciclo biológico de la enfermedad es básico para su manejo. En este sentido, el control químico será muy importante, aunque también jugaran un papel básico las prácticas culturales dirigidas a reducir la enfermedad.

El hongo pasa el invierno en las ramas infectadas y en los frutos momificados. Desde finales de invierno hasta mediados de marzo, cuando las temperaturas son suaves de 10 a 25ºC y la humedad es elevada y prolongada, el hongo se empieza a reproducir rápidamente y mediante las gotas de agua de la lluvia o del rocío, se producen las infecciones primarias (McKay et al., 2014). El hongo penetra directamente en los tejidos vivos de las flores, hojas y frutos recién cuajados. El micelio se desarrolla para producir el colapso y la necrosis de los órganos afectados. Mientras el hongo tenga las condiciones óptimas de temperatura y humedad producirá las estructuras reproductivas asexuales para iniciar nuevas infecciones (López-Moral et al., 2016).  Estas infecciones serán las responsables de nuevos ciclos infectivos, los cuales se desarrollarán durante toda la primavera y persistirán durante el verano. En estos órganos es donde el hongo pasará el invierno.

Medidas de control

Para realizar un manejo óptimo de la enfermedad es necesaria la integración de un conjunto de prácticas, tales como, la tolerancia varietal, las medidas culturales y el control químico, con el objetivo de convivir con la enfermedad y mantener la viabilidad de la explotación.

Tolerancia varietal. En función de la climatología de la zona, la elección de la variedad jugará un papel fundamental en el desarrollo óptimo del cultivo. Se han realizado diferentes estudios a nivel nacional para determinar la susceptibilidad de las variedades (Tabla 1).

Tabla 1. Susceptibilidad de variedades de almendro a antracnosis evaluada mediante observaciones de campo y de laboratorio.

  • Medidas culturales. Son prácticas culturales dirigidas a prevenir y evitar el desarrollo de la enfermedad. La práctica principal a realizar es la poda sanitaria de brotes y ramas afectadas con frutos momificados con la posterior eliminación de estos de la finca. El objetivo de esta práctica es reducir la cantidad de inóculo primario. Se trata de un proceso laborioso y de una inversión de mano de obra importante en aquellas fincas donde la afectación es elevada, pero se ha visto una evolución muy positiva en aquellas fincas donde se ha realizado.

  • Control químico. Esta es una práctica esencial para el control de la enfermedad. Actualmente, las materias activas que están autorizadas para el cultivo y para el control de la enfermedad son el miclobutanil del 2,5%, el oxicloruro de cobre del 35 y del 50% y la boscalida 26,7% + piraclostrobin de 6,7%.

El grado de severidad de la enfermedad dependerá en gran medida de la variedad, la ubicación de la finca, de las condiciones climáticas y de la cantidad de inoculo primario del campo. El objetivo, en todos los casos, es prevenir la enfermedad, con medidas que integren todas las prácticas, en el momento que se empiecen a observar los primeros síntomas, para poder sanear el cultivo y mantener la viabilidad de la finca.

PARA SABER MÁS

López-Moral, A.; Agustí-Brisach, C.; Raya, M.C.; Lovera, M.; Roca, L.F.; Luque, F.; Arquero, O y Trapero, A. La antracnosis del almendro, susceptibilidad varietal en Andalucía: sintomatología, agente causal, ciclo biológico y métodos de control de la enfermedad. (2016) Revista Vida Rural, nº 423.

McKay, S. F.; Shtienberg, D.; Sedgley, M.; Scott, E.S. 2014. Antracnose on almond in Australia, Disease progress and inoculums sources of Colletotrichum acutatum. Plant. Dis, 92: 1421-1426.

Torguet, L.; Maldonado M; Miarnau X. La importancia y el control de las enfermedades del almendro. (2019). Editorial agrícola.

Torguet, L.; Martínez, G.; Girabet, R.; Zazurca, L.; Maldonado, M y Miarnau, X. Antracnosis, una enfermedad que amenaza el cultivo del almendro. (2020) Revista Vida Rural, nº 475.