IRTA, píldoras de conocimiento. LOS PULGONES EN EL CULTIVO DEL ALMENDRO

Introducción

El cultivo del almendro ha sufrido un importante proceso de renovación en los últimos 20 años, tanto a nivel varietal como a nivel de manejo. Si se compara con otras especies Prunus cultivadas a nivel nacional, como son el melocotonero y el ciruelo, el almendro ha evolucionado e intensificado muy rápidamente. De hecho, aunque todavía la mayor parte de la superficie española actual está en secano, las nuevas plantaciones se sitúan en zonas de riego con diseños más modernos y una elevada intensificación (marcos estrechos y podas mínimas).  Esta intensificación junto con la expansión del cultivo a nuevas zonas productivas, tanto de regadío como de secano, provoca que surjan nuevas problemáticas de manejo, como son la aparición de nuevas plagas y enfermedades, algunas de las cuales no se conocían ni se habían descrito hasta el momento. En este nuevo contexto, la protección sanitaria se convierte en una prioridad para mantener las plagas y enfermedades por debajo del umbral de daños, y su manejo será un punto clave de futuro para conseguir el máximo potencial productivo de las nuevas variedades y asegurar la viabilidad económica de las nuevas plantaciones de almendro.

El primer paso para lograr el control de los patógenos es reconocerlos mediante la identificación de los síntomas que provocan en el cultivo. En el caso de las plagas, reconocer el insecto que produce el daño es más fácil, ya que en la mayoría de los casos se puede observar e identificar a simple vista en campo. El segundo paso es realizar un control integrado mediante prácticas culturales y tratamientos fitosanitarios, biológicos o químicos. En este artículo se describen las principales características de los pulgones, una de las plagas más antiguas que ocasiona daños prácticamente todos los años. Las pérdidas económicas son mínimas si se realiza anualmente un buen control, no obstante, un mal manejo puede ocasionar pérdidas importantes en el cultivo.

LOS PULGONES

Las principales especies de pulgones que afectan al almendro son el pulgón verde Myzus persicae Sulz, el pulgón harinoso Hyalopterus amygdali Blanch, el pulgón negro Brachicaudus persicae y el pulgón de madera Pterochloroides persicae Cholod (Almacellas, 2011) (Figura 1).

Figura 1. Pulgón verde M. persicae, pulgón harinoso H. amygdali, pulgón negro B. persicae y el pulgón de madera ‘P, persicae (nombradas de izquierda a derecha).

 

Descripción

Los pulgones pertenecen a la familia de insectos hemípteros encuadrada en el suborden Sternorrhyncha.  Estos, son pequeños y de morfología poco variada, que pueden ser alados o ápteros. Pero normalmente, son insectos que no tienen alas, aunque las pueden desarrollar para buscar nuevas áreas con mayor alimento. Se alimentan de los órganos tiernos de la planta, produciendo un enrollamiento de las hojas, debido a las reacciones fitotóxicas que produce la saliva. Estas malformaciones de las hojas los protegen de las condiciones adversas del medio, como la luz directa o el calor intenso. Suelen encontrarse en el envés de las hojas. Para alimentarse penetran su estilete en el tejido vegetal hasta llegar al floema, para obtener la savia. La savia contiene grandes cantidades de azucares que el pulgón necesita excretar una parte, expulsándola hacia el exterior. Este residuo es la melaza, que se distribuye en la superficie de las hojas donde vive el pulgón, ocasionando efectos negativos para el correcto desarrollo de la planta.

 

Ciclo biológico

Los pulgones pueden tener hasta ocho generaciones al año. Tienen dos ciclos de reproducción, uno sexual y otro asexual. Estos insectos pasan el invierno en forma de huevo, a partir de los cuales se producirán las hembras fundatrices que crearán la colonia. Estas hembras son vivíparas y producirán ninfas que pasarán por diversos estadios antes de llegar a ser adultas. Las formas adultas se reproducirán de forma asexual y producen distintas generaciones que se van solapando durante la primavera y el verano. En otoño los pulgones se reproducirán sexualmente dando lugar a los huevos que mantendrán la especie durante el inverno (Figura 2).

Figura 2. Ciclo biológico de los pulgones (Fuente: biogeo.esy.es).

Síntomas y daños 

Los daños producidos por los pulgones pueden ser directos o indirectos. Los daños directos que pueden ocasionar son el ataque a los brotes tiernos, reduciendo el vigor de la planta y también el enrollamiento de las hojas (Figura 3).

Los daños indirectos, provienen de la producción de melaza por parte del pulgón. Esta produce una capa opaca encima de la hoja, disminuyendo la respiración de la hoja. Además, esta substancia, es azucarada y atrae al hongo denominado comúnmente “negrilla”. El establecimiento de este hongo produce la disminución del paso de luz impidiendo también realizar la fotosíntesis. Todo ello provoca una reducción del crecimiento del árbol y una menor producción de carbohidratos (fuente de alimento para la producción de los frutos). Finalmente, también es importante destacar que los pulgones son los insectos con un mayor potencial de transmisión de virus.

Figura 3. Daños producidos por los pulgones.

 

Manejo y control

Para el control de esta plaga debe evitarse el exceso de vigor, por lo que debe realizarse un abonado adecuado a las extracciones del almendro, evitando excesos innecesarios de nitrógeno. También como prácticas culturales de prevención deberían eliminarse los restos de poda del cultivo anterior que ayudara a reducir la cantidad de huevos invernales con los que empezara el nuevo ciclo de los insectos. Potenciar la existencia de los enemigos naturales también ayudará a tener menor presencia de la plaga.

En el control cultural de áfidos es común la utilización de trampas cromáticas amarillas para monitorear las poblaciones. El monitoreo es fundamental en el manejo de cualquier plaga, pues con ello se sabe con certeza cuando es necesario realizar aplicaciones de insecticidas o de enemigos naturales. Las trampas y bandejas amarillas con agua captan la atención y atraen las formas aladas, lo que sirve de ayuda al rastreo de las primeras infestaciones de la plaga, apoyando de esta forma la detención del inicio de su propagación

Los tratamientos fitosanitarios enfocados al control de los adultos se realizarán al final de la floración, cuando se observa una población reducida (5% de brotes afectados). También es efectivo el control de las hembras fundatrices con tratamientos preventivos en botón rosa. Pero cada vez es más habitual encontrar colmenas de abejas en los campos de almendros para mejorar el cuajado y por este motivo debe realizarse el tratamiento una vez se hayan retirado las colmenas del campo al final de la floración. Las materias activas autorizadas para el control del pulgón se detallan en la Tabla 1, con las restricciones que marca cada producto.

Tabla 1. Materias activas fungicidas autorizadas por el MAPAMA (Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación. Gobierno de España) y por la Producción Integrada de Frutos Secos en el cultivo del almendro en Catalunya (DAAM-Generalitat de Cataluña NTPI-P-FS 28/09/2018) para el control de los pulgones en almendro.

Otros productos que no tienen registro, pero que están en fase de revisión, y tienen un buen control de la enfermedad son el pirimicarb 50% y el aceite esencial de naranja 6%. El pirimicarb, en los ensayos realizados por el IRTA presentó eficacias del 83% a los 10 días de la aplicación y del 100% a los 20 días, con una sola aplicación del producto. En el caso del aceite esencial de naranja los resultados también fueron realmente buenos, con eficacias del 90 % a los 21 días después la primera aplicación, aunque se tuvieron que realizar un mayor número de tratamientos para llegar a este control. El aceite esencial de naranja, es un producto muy interesante porque es natural, no puede generar resistencias, es respetuoso con la fauna auxiliar, no presenta límite máximo de residuos y tiene 1 día de plazo de seguridad.

Si se combina un buen manejo de la plantación y el control fitosanitario en floración, el pulgón no debe ser un problema para las plantaciones de almendro.

 

 

Autores:

L. Torguet, M. Maldonado, R. Girabet, L. Zazurca, G. Martinez y X. Miarnau.

IRTA-Fruitcentre, Lleida